LA TRINIDAD MISERICORDIOSA
Escultura en terracota
Hna. dominica sor Caritas Müller de Cazis (Suiza)
Contemplamos a la Trinidad que recibe en su
centro a la humanidad doliente, herida, medio muerta. Alrededor de la
humanidad, envolviéndola, como abrazando al ser humano, están tres círculos
inclinados unos hacia otro, con las tres personas de la Trinidad: El Padre, El
Hijo y El Espíritu.
- El Padre: La más grande de las tres
personas, pone las manos bajo los brazos de la creatura humana para sostenerla.
Pone toda su fuerza para ayudar al ser humano a alzarse. Besa a la humanidad
como Padre misericordioso.
- El Hijo: Al otro lado del ser humano, El
Hijo, que se inclina sobre él y le sirve, en un gesto que recuerda el lavatorio
de los pies. Las llagas nos muestran que es el Resucitado. Por la Resurrección
sabemos que Dios está de parte de los pobres y excluidos.
- El Espíritu: Alienta y fortalece el actuar
conjunto del Padre y el Hijo, y a la humanidad sufriente. Es expresión del
Amor. En forma de fuego y paloma está a punto de entrar en el corazón del ser
humano para resucitarlo, darle Vida.
El carácter
trinitario de Dios en su relación con el ser humano: el Padre, en el círculo a
la derecha, se vuelve hacia nosotros, nos acoge y abraza, oye nuestras súplicas
y nos envía; en el círculo de la izquierda está el Hijo, que asumiendo nuestra
frágil condición, viene a nosotros y nos manifiesta, en el servicio al prójimo,
su inmenso amor; arriba: el Espíritu Santo, que nos alienta, abre nuestros ojos
y nos muestra nuestra misión actual. En el centro, hay una figura humana que
nos representa a todos que, con nuestras fragilidades y miserias, nuestros
problemas y limitaciones, siempre somos