Quizás todo lo importante del Cristianismo puede resumirse
en dos palabras: don y comunión.
El Padre nos hace el don de su Hijo (Jn 3,16) para ponernos
en comunión consigo (2Co 5,19).
El Hijo se entrega por nosotros (Ef 5,2) para hacernos sus
hermanos (Mt 28,10; Jn 20,17).
El Espíritu Santo que es el Don por excelencia (Lc 11,13)
viene sobre la Iglesia para hacerla comunidad (Hch 2).
La Eucaristía es el don de Jesús para nuestra comunión con
él y entre nosotros.
Iglesia significa “con-vocación”: el don de la vocación que
nos hace comunidad.
La moral cristiana es vivir como Jesús: amor a Dios y al
prójimo; y esta caridad es el vínculo perfecto (Col 3,14).
La misión es hacernos don a los que aún están lejos, para
ingresen a la koinonía de Dios.
Y la sinodalidad es caminar juntos (syn – odós): comunión y
misión (don) en una palabra.
Y podríamos seguir hablando de María, la Palabra de Dios, el Bautismo, la familia o "el Cielo"...
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