Una respuesta obvia y verdadera es por su devoción a la Madre de Dios, que es una constante de la religiosidad argentina y latinoamericana.
Pero creo que también quiso seguir estando
en el corazón de la ciudad, en medio de la gente. Santa María Maggiore está en
Termini: allí está la enorme estación de ferrocarril de Roma y la correlativa
cantidad de colectivos que tienen sus paradas o cabeceras allí. También allí,
en Termini se cruzan las dos líneas de subte de Roma (es donde se puede hacer
la combinación entre ambas líneas). Creo que lo más parecido en Buenos Aires podría
ser Plaza Once… pero Termini es más intenso.[1]
Francisco
quiso estar, también al final de su vida, donde está la gente.
A la basílica de San Pedro hay que ir: no
queda de paso, en medio de la ciudad. Y la gente va a San Pedro. En cambio,
Santa María puede quedar de paso cuando alguien va al trabajo, a visitar a un
amigo o hacer compras.
Francisco
quiso ir hacia la gente, como siempre lo hizo; y no que la gente deba ir hacia
él.
Y, de paso, se quedó a dos cuadras de la
embajada argentina… frente a la cual está el busto de Manuel Belgrano.
Francisco –el Papa Bergoglio– ahora, también prócer argentino de ascendencia
italiana.
[1] Quizás habría que combinar la ubicación de
Plaza Once, la intensidad de Plaza Constitución o Plaza Flores y la estación
Diagonal Norte del subte, para hacer las combinaciones…