Hoy recordamos el
desastre que fue la dictadura militar argentina, que estuvo en el poder 7 años
y medio. Cuando se analiza a la distancia todo ese horror, uno redescubre la
banalidad del mal: la violencia, el estado de sitio, las persecuciones, la
opresión, las muertes tuvieron como motivación la codicia y como finalidad que
los ricos sean más ricos y los pobres sean más pobres… a nivel interior y
exterior.
A nivel interior se
destruyó la industria, el empleo, las pequeñas empresas y el poder adquisitivo
del
salario. A nivel externo, un país como la Argentina ‒riquísimo por donde se lo mire y hasta en su mismo nombre‒ quedó endeudado por generaciones.
salario. A nivel externo, un país como la Argentina ‒riquísimo por donde se lo mire y hasta en su mismo nombre‒ quedó endeudado por generaciones.
Es curioso que en
este aniversario veamos que, de nuevo, se aplica “la doctrina del shock” con
las mismas intenciones. La esencia de la “doctrina del shock” es la siguiente:
se aprovecha un shock natural o provocado (Katrina o la crisis de 2008) para
quitarle a la gente lo que es suyo mientras está demasiado ocupada por el shock
como para cuidar de lo suyo.
Ahora, a causa de un
virus de una mortalidad muy baja se pone al planeta en estado de sitio: los
pobres están cada vez más pobres (¡trabajadores informales y monotributistas
tienen prohibido salir a trabajar!), y los ricos cada vez más ricos comprando
empresas devaluadas por internet, porque –por supuesto‒ Wall Street no se
suspende por pandemia: como dijo el personaje de Gordon Gekko: “el dinero nunca
duerme”… como si fuera un dios.[1]
Jesús dijo “No se
puede servir a Dios y al Dinero” (Mt 6, 24) y con esto estableció una divisoria
de aguas definitiva. Las buenas traducciones de la Biblia ponen “Dinero” con
mayúsculas, porque el original griego no trae la palabra común para decir “dinero”,
sino la palabra aramea (¡la lengua que hablaba Jesús!) “Mammonas”, que es el
Dios Dinero.[2] Es
como si dijera: hay dos estilos de vida y dos sociedades posibles: una sociedad
fraterna porque reconocemos a Dios como nuestro Papá (“Abbá” en el arameo que
Jesús hablaba) o una sociedad desigual, injusta, violenta y homicida si se pone
a la codicia como principal valor.
Obviamente, no
estamos transitando la opción que nos recomendó Jesús….
[1] Ya
varios comunicadores y analistas han indicado que la economía arrasada dejará
más víctimas que el virus: Jorge Fernández Díaz en la apertura de su programa
del lunes pasado; Jorge Fontevecchia en su columna del sábado en Perfil: “Entre 2001 y Malvinas”.
Véase: ESTA CAÍDA ECONÓMICA MUNDIAL NO LA HEMOS TENIIDO NUNCA
Pero también: DOW JONES CON SU MAYOR REPUNTE DESDE 1933
y LAS CONSECUENCIAS PARA LOS MÁS VULNERABLES
Véase: ESTA CAÍDA ECONÓMICA MUNDIAL NO LA HEMOS TENIIDO NUNCA
Pero también: DOW JONES CON SU MAYOR REPUNTE DESDE 1933
y LAS CONSECUENCIAS PARA LOS MÁS VULNERABLES
[2]
Los diccionarios bíblicos aportan los perfiles de el dios de la riqueza y el
dios de la avaricia… Curiosamente la palabra usual para dinero en griego es la
misma que entre nosotros: “plata” (arguírion) de donde viene Argentina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario