El método científico que trabaja en el campo de las ciencias naturales funciona con una secuencia que podría describirse así:
- la observación y descripción de los
fenómenos lleva a → descubrimientos
- los
descubrimientos plantean → problemas;
- se comienza a buscar solución a los
problemas planteando → hipótesis;
- las hipótesis conducen a la realización
de → experimentos
- los resultados de los experimentos se sistematizan
en una → síntesis
- y la síntesis necesita una →verificación
…que puede llevar a nuevos experimentos,
descubrimientos, hipótesis, etc…
A primera vista, si yo tuviera que hacer un
ensayo con cuatro vacunas con ratones de laboratorio, comenzaría con seis grupos
de cuatro ratones cada uno. Pero en realidad, conviene tener unos doce ratones
en cada grupo… luego veremos por qué.
A los ratones y vacunas los llamaré con
números (1,2,3,4) y a los grupos de ratones con letras (A,B,C,D,E,F).
El primer paso sería inocular con cada
vacuna a cada ratón del número correspondiente (ratón 1 con la vacuna 1; ratón
2 con la vacuna 2; etc.) en todos los grupos, menos el grupo F, al que dejo sin
vacunar para que sirva de “grupo de control”.
Después de esto, dejo pasar un par de meses
mientras observo
cuidadosamente que sucede con todos los ratones.
Supongamos que muere el ratón 2 del grupo D.
Será importante hacer una
autopsia para ver la causa de muerte. Y supongamos que al hacer la
autopsia descubro una anomalía en el hígado del ratón. Podré establecer la
hipótesis que la vacuna 2 puede afectar el hígado… pero es una hipótesis muy
débil ‒no sólo porque se basa en un solo caso‒ sino porque yo no hice un
estudio previo de la salud de cada ratón antes de comenzar el experimento. Es
por eso que, cuando se hacen ensayos clínicos, lo primero es establecer el estado de salud del individuo
y establecer su historia clínica. De este modo, yo podré tener claro
cuál es mi punto de partida y también podré tener claro si un problema que
surge durante el experimento se debe al experimento mismo o a algún problema previo
que tenía el individuo.
A los dos meses continúo con el experimento.
Y para ver la interferencia posible que hay entre las vacunas, varío la
vacunación: al grupo A lo re-vacuno con las mismas vacunas (ratón 1 con la
vacuna 1; ratón 2 con la vacuna 2; etc.). Al grupo E lo dejo con una sola
dosis, para que sirva de “grupo de control” de esta segunda etapa del
experimento. Y a los tres grupos intermedios le varío la vacunación de este
modo:
- grupo B: ratón 1 con la vacuna 2; ratón 2
con la vacuna 3; ratón 3 con la vacuna 4; ratón 4 con la vacuna 1
- grupo C: ratón 1 con la vacuna 3; ratón 2 con la vacuna 4; ratón 3 con la vacuna
1; ratón 4 con la vacuna 2
- grupo D: ratón 1 con la vacuna 4; ratón 2
con la vacuna 1; ratón 3 con la vacuna 2; ratón 4 con la vacuna 3
De este modo, tengo cubiertas todas las
posibilidades de interrelación que pueden darse con la aplicación de dos dosis.
Y aquí se ve por qué era conveniente tener más de un ratón por grupo, si no
‒con la muerte de aquel ratón 2 del grupo D‒ quedaría una posibilidad sin
estudiar.
Naturalmente, aquí es esencial ‒de nuevo‒
mantener una cuidadosa
observación y anotación de los datos, para que pueda surgir finalmente un informe
fundamentado de los resultados del ensayo.
Supongamos que mueren los tres ratones 1 del
grupo D: puedo estar bastante seguro de que hay serios problemas cuando se dan
sucesivamente la vacuna 1 y la vacuna 4. Pero habrá que confirmarlo con más experimentos.
Y hasta aquí hemos presentado un ejemplo con
sólo dos dosis. Si tuviéramos que estudiar los efectos de tres dosis con todas sus
posibilidades (que son más de 80, con los grupos de control incluidos),
naturalmente debería
prolongarse el tiempo de estudio y los esfuerzos de observación.
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