Y el contenido del
libro es una propuesta de repensar nuestra organización global, pues el
capitalismo que nos llevó a niveles de vida que eran inimaginables para hombres
de tiempos pasados, no podrá mantenernos en esa situación de bienestar pues
hemos estado “forzando la máquina” de la naturaleza y del planeta, de modo que
no podemos seguir así sin destruirnos.
El libro está lleno
de ejemplos concretos que muestran que otro modo de sociedad es posible: más
humana, más fraterna, más equitativa, más justa, más solidaria. Y ‒con los
números en la mano‒ muestra que, usualmente, esta opción es económicamente más
barata que lo que estamos haciendo ahora.
Para mí, es curioso
que los tres elementos del subtítulo del libro han empeorado mucho desde 2020:
- en lugar de un
bienestar básico para todos, se ha incrementado enormemente el número de
personas pobres e indigentes;
- en lugar de lograr
que todos tengan trabajo, reduciendo el tiempo de trabajo de cada uno tenemos
los dos opuestos: personas que se han quedado sin trabajo y personas
sobrecargadas de trabajo (el homeworking produce que los horarios laborales se
diluyan hasta desaparecer, y puede ser que alguien esté trabajando un sábado o
domingo a la noche).
- en lugar de un
mundo sin fronteras, tenemos unas fronteras tan rígidas como nunca se han visto
a escala global.
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