El texto evangélico que propuso la liturgia
eucarística católica del domingo pasado (3er domingo de cuaresma, ciclo C),
concluye con una parábola de Jesús sobre una higuera que no está dando fruto
(Cf. Lc 13,6-9):
“Un hombre
tenía plantada una higuera en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo
encontró. Dijo entonces al viñador: «Ya hace tres años que vengo a buscar fruto
en esta higuera y no lo encuentro. Córtala; ¿Para qué ha de ocupar el terreno
estérilmente?» Pero él le respondió: «Señor, déjala por este año todavía y
mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono. Y si da fruto el año que viene, bien; y si no, córtala».
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