Una de las dos
claves teológicas que uso para exponer la Palabra de Dios es la categoría “comunión”.
Y la comunión es unidad en la diversidad. Esto implica un delicado equilibrio
entre la uniformidad –que anula la riqueza de la diversidad‒ y la división, que
resiente los vínculos de unidad.
El modelo supremo
de esta comunión es la misma Trinidad divina, en la que el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo son Tres Personas realmente distintas entre sí (e incluso podría
decirse: infinitamente distintas), que son al mismo tiempo una Comunión
consustancial… tan profunda que los Tres son una sola Divinidad.
Este modelo
supremo, la misma Trinidad lo ha inscripto en toda su creación: el ser humano,
la familia, la sociedad, la Iglesia, el “Cielo”… son todas realidades signadas
por la comunión: unidad en la diversidad.
Mirando desde estas
perspectivas, vemos que en los últimos meses hubo un giro en los dinamismos de
relaciones internacionales: de un proceso que ha sido llamado “globalización” y
que –teniendo muchos aspectos positivos incluye el riesgo de la uniformidad‒ se
está pasando al riesgo de la división: la salida del Reino Unido de la Unión
Europea (“Brexit”) y la elección de Donald Trump como presidente de los Estados
Unidos muestran el mismo rasgo: los líderes del mundo anglosajón se cierran
sobre sí mismos, separándose del resto de la comunidad internacional.
En general, este
tipo de “cierre sobre sí mismo” es efecto o causa de un ambiente “exterior”
negativo, en el presente o en el futuro. En estos casos particulares ‒y dado
que no hay un empeoramiento significativo de las condiciones “exteriores” en el
presente‒ indicaría que los analistas (si será efecto) o los dirigentes (si
será causa) del mundo anglosajón prevén un futuro más negativo que el presente.
Las próximas
décadas serán definitorias del futuro de la humanidad en lo que concierne al
llamado “cambio climático”, que puede traer consecuencias catastróficas si no
hacemos algo, y rápido.[1]
Más allá de esto, el incremento de posiciones beligerantes puede ser el inicio
de la máxima crisis que generamos los seres humanos: la guerra.[2]
Es una pena que en
un mundo donde hay riqueza suficiente para que todos vivamos de una manera más
que satisfactoria, seamos la única especie que insista en amenazarse a sí misma
y al mundo entero con el peligro de extinciones masivas.
Y, más allá de los
aspectos materiales del asunto, están las causas espirituales: que la comunidad
humana no termine de aprender que su mejor opción –y quizás su única opción‒ es
la comunión.
[1]
El último Pulitzer ha sido para el trabajo de la periodista del New Yorker,
Elizabeth Kolbert, titulado La sexta
extinción.
[2]
Véase el libro de la periodista canadiense Naomi Klein: La doctrina del shock, que termina describiendo aspectos de la
política exterior de Bush que podrían reeditarse con Trump.
Estimado Jorge, creo que en el fenómeno Trump y su triunfo no es un tema menor la "batalla cultural" un tema que entre nosotros no se menciona para nada y que llevó a mucha gente a votarlo. Te adjunto este link para un artículo que me resultó muy interesante y creíble. Viví unos años en el EEUU "profundo" y la gente era como la describe este hombre. http://www.navarraconfidencial.com/2016/11/11/entrevista-de-nc-a-roniel-aledo-militar-de-eeuu-y-ex-analista-de-la-cia/ Creo que,aunque sin grandes luces, el entrevistado pone sobre el tapete este tema que nuestros medios soslayan sin duda porque copian a los medios culturalmente enfrentados a Trump.
ResponderBorrar