En algunos ámbitos se dice que, poco a poco, la presencialidad se
irá sustituyendo por la comunicación virtual, hasta que todo sea complemente
virtual. Se piensa eso, por ejemplo, para el futuro de la educación y, de
hecho, ya hay instituciones que ofrecen cursos 100% virtuales.
Más allá de
estudios específicos (de psicología o de filosofía, por ejemplo) que muestran
que la eliminación de la presencialidad es la eliminación de un elemento
constitutivo del ser humano, a saber, la corporalidad; más allá de esto, digo,
está nuestras actitudes espontáneas que también muestran lo mismo:
¿Acaso hay grupos
de amigos que se reúnen a tomar un café por Skype, cada uno con su taza en su
casa, frente a la pantalla? Ni siquiera los adolescentes -que son muchos más digitales
que nosotros adultos- comen cada uno su hamburguesa en su casa frente a la
pantalla, sino que siguen yendo a McDonald´s, Burger King o lo que sea....
Y para nosotros, argentinos, en particular: el mate,
el asado y el truco no admiten fácilmente una versión virtual, y son
reveladores de lo que dijo Borges: “Lo más noble del argentino es la amistad,
la pasión de la amistad” (Clarín Literario, 10 de junio de
1971).
Probablemente, lo semipresencial será un equilibrio útil en un futuro cercano -que en algunos casos ya es presente- pero la eliminación total de lo presencial, si bien es posible, sería otro paso hacia la deshumanización...
Probablemente, lo semipresencial será un equilibrio útil en un futuro cercano -que en algunos casos ya es presente- pero la eliminación total de lo presencial, si bien es posible, sería otro paso hacia la deshumanización...
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