Hay un texto en el Evangelio según San Mateo cuya importancia no suele destacarse suficientemente. Se trata de Mt 12,15-21, en donde el evangelista cita largamente Is 42,1-4, es decir, el primer “cántico del Servidor del Señor”:
“Al
enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a
todos. Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se
cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: "Este es mi servidor, a quien elegí, mi Amado (agapetós), en quien mi alma se complace (eudokéo). Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará
la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las
plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que
haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre".
Ubicando de
modo esquemático nuestro texto en el Evangelio de Mateo aparece así:
3,13-17
|
12,15-21 |
17,1-9 |
Bautismo |
Jesús es “el Servidor del Señor |
Transfiguración |
“Este
es mi Hijo Amado (agapetós), en quien me complazco (eudokéo).” |
“Este es mi servidor, a quien
elegí, mi Amado (agapetós), en quien mi alma se complace (eudokéo)…” |
“Este
es mi Hijo Amado (agapetós), en quien me complazco (eudokéo): Escúchenlo” |
Reflexiones
‒ El Bautismo y la Transfiguración marcan un
progreso en la manifestación de Jesús por parte de Dios al agregar el
“Escúchenlo” en 17,5.[1]
‒
A se vez, estos dos textos tienen en medio a 12,15-21 (texto propio de Mateo). En
los tres textos aparecen las Tres Personas Divinas:
‒ habla el Padre,[2]
‒ se caracteriza a Jesús como el “amado”
(agapetós) en quien Dios “se
complace” (eudokéo): sólo en estos
tres textos aparecen estas dos palabras en Mateo.[3]
‒ aparece
el Espíritu.
‒ Y, a diferencia de los dos textos narrativos que
lo enmarcan, Mt 12,15-21 explica quién es Jesús y cuál es su misión: “Pocas
citas del Antiguo Testamento aduce san Mateo tan detalladamente. Con esta cita
se nos ofrece una llave para comprender al Mesías”.[4]
[1] Este "Escúchenlo" tiene como trasfondo una profecía puesta en boca del propio Moisés, sobre un "Nuevo Moisés" al cual el pueblo deberá escuchar, bajo pena de quedar expulsado del pueblo (Cf. Dt 18,15-18). A su vez, Moisés es caracterizado como "servidor del Señor" numerosas veces en el AT: Cf. Ex 14,31; Nm 12,7s; Dt 34,5; etc. En NT sólo en Hb 3,5 y Ap 15,3, aunque en el texto griego se usan palabras distintas en estos dos casos.
[2] Dadas las palabras del
Bautismo y la Transfiguración que proceden del Padre, Mateo nos indica que
también tenemos que interpretar así el texto de Is 42 aquí.
[3] Respecto del “agapetós” Mc y Lc coinciden en su uso
(también tres veces cada uno) pero difieren de Mateo justamente en lo que se
refiere al texto que nos ocupa: el tercer texto en ellos ‒además del Bautismo y
la Transfiguración‒ es la “parábola de los viñadores homicidas”: Mc 12,6; Lc
20,13; mientras Mateo no usa “agapetós”
allí. Respecto del “eudokéo” aplicado
a Jesús, Mc lo trae sólo en el Bautismo; y los mejores manuscritos de Lc lo
omiten allí.
[4]
W. Trilling, El Evangelio según San
Mateo. Tomo primero, Barcelona, 1980; p. 135. A su vez, en este texto de Mt
12,15ss ya se anuncia una misión del Siervo “a las naciones” (vv. 18.21) que
empieza ampliar lo dicho en Mt 10,5s y preanuncia lo que se dirá en Mt 28,19s.
Algo de esto se había insinuado al comienzo del evangelio, cuando la luz del
Mesías comenzó a alumbrar “la Galilea de las naciones” (4,15). Curiosamente, en
Mt 21,43 (dónde se esperaría otra palabra para caracterizar el “pueblo de
Dios”) en Mateo (y sólo en Mateo) se usa éthnos:
“El reino de Dios les
será quitado a ustedes, y
será dado a una nación que produzca
sus frutos”.
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