martes, 25 de junio de 2024

La identidad de Jesús, tema Sinóptico

   Se suele decir que los Sinópticos hablan de “el Reino” y en Juan se habla de Jesús. Pero no es del todo exacto. Es cierto que en Juan se abunda sobre el tema de la identidad de Jesús. Pero en los Sinópticos también es importante.[1]

   De hecho, los evangelios de Marcos y Mateo tienen como su lugar central la pregunta que Jesús hace a los discípulos sobre su identidad y la respuesta de Pedro a tal pregunta, confesando a Jesús como el Mesías (Marcos), o el Mesías, el Hijo del Dios vivo (Mateo).

   En Lucas, el episodio ocupa también un lugar importantísimo, pues la pregunta de Jesús se prepara con las dudas de Herodes y el pueblo sobre la identidad de Jesús (9,7ss).Luego se nos relata  el retorno de la primera misión de los Doce (que va acompañada de la multiplicación de los panes: 9,10ss); y, después de esto, Jesús hace la pregunta sobre su identidad (9,18ss). El comentario de Jesús a la confesión de fe de Pedro anuncia el comienzo de “el camino hacia Jerusalén”, que es central en Lucas: de este tema habla Jesús con Moisés y Elías en su Transfiguración (9,31), y hacia Jerusalén se dirige efectivamente desde el final de ese capítulo (9,51ss).

   Si nos concentramos en Marcos ‒para tomar el evangelio que primero se escribió‒ la cuestión de la identidad de Jesús aparece ya en su primer capítulo (de algún modo, ya el anuncio del Bautista gira en torno de la identidad de aquel que es "más fuerte que yo y bautiza con Espíritu Santo": Cf. 1,7s)… y reaparece en los siguientes:

   ‒ «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.» (1,24; Cf. 1,27).

   ‒ «¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?» (2,7).

   ‒ Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: «Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?» (4,41).

   Obsérvese que en los tres versículos citados aparece explícitamente el problema del “¿Quién?”.

  Y es notable que, mientras la gente se pregunta sobre la identidad de Jesús y se equivoca al respecto (6,14-16; 8,28), el mundo sobrehumano lo conoce. Ya cité recién 1,24, pero hay más:

   ‒ Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían (1,34).

   ‒ Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.». Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran (3,11s.).

   ‒ Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo… Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante él y gritó con fuerte voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.» (5,1-2.5-6).

Y, ya en Jerusalén la pregunta final de Jesús, ante todo el pueblo, es sobre su identidad:

   ‒ Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies. El mismo David le llama Señor; ¿Cómo entonces puede ser hijo suyo?» La muchedumbre le oía con agrado (12, 35-37).[2]

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Véase también como complemento a este tema la entrada sobre "Jesús, el Servidor del Señor en Mateo": LA IMPORTANCIA DE MT 12,15-21...



[1] En este, como en otros casos, parece que la relación entre los Sinópticos y Juan no es dialéctica (“blanco-negro”) sino que lo que algunos temas que están implícitos o poco desarrollados en los Sinópticos adquieren mayor desarrollo y claridad en Juan.

[2] Si se lee con cuidado el texto de Marcos, se verifica que esta última expresión dice más de lo que parece: la palabra “agrado” (hedéos) sólo aparece otra vez en Marcos: cuando se nos contaba que “Herodes temía a Juan… y le escuchaba con agrado” (6,20)... y ya sabemos qué hizo luego Herodes con el Bautista: Marcos nos avisa del cambio brutal que también tendrá el pueblo respecto de Jesús. De paso, es una advertencia respecto de una cierta atracción por lo religioso que no es más que hedonismo (cf., por ejemplo, San Juan de la Cruz, Subida del Monte Carmelo 3, 35).

martes, 18 de junio de 2024

Dos esquemas relacionados con el Evangelio según San Mateo

    En estos días, la liturgia diaria de la Iglesia nos propone la lectura continua del Primer Evangelio. Vayan aquí un par de esquema para ayudar a su lectura.

    El primer esquema abarca el conjunto de Mateo, según la sistematización que se suele llamar el "Pentateuco del Reino", dado que hay cinco secciones simétricas (con narración y discurso) que sintetizan los distintos aspectos del Reino de Dios: desde su fundación hasta su consumación. Estas cinco secciones están enmarcadas con dos secciones puramente narrativas que relatan el origen y la pascua del Mesías. Con lo cual se completan 7 secciones, muy al gusto de Mateo, que tiene preferencia por este número que simboliza la perfección.

   Este es el esquema que propone, por ejemplo, la Biblia llamada "El libro del Pueblo de Dios".

   Como indican las líneas inferiores, hay una correspondencia temática entre las columnas con la estructura que suele llamarse de "quiasmo" (a mí, en catequesis, me sirve decir que es una "estructura capícúa").

   

El segundo esquema también relacionado con el número 7. Aquí se manifiesta la estructura del Sermón de la Montaña (Mt 5-7), que también está diseñada como un quiasmo. Hay que empezar a leer por la columna de la izquierda (de abajo hacia arriba, como indican los números del 1 al 7) y -después de llegar al centro o cumbre que es la oración y el "Padrenuestro"- "bajamos" por la columna de la derecha. Como se ve, los temas que están a la misma altura y con el primer número igual (por ejemplo 3.1 y 3.2) se corresponden temáticamente.


 


domingo, 9 de junio de 2024

Don y Comunión: powerpoint sintético 2024

    En el siguiente enlace encontrarán un powerpoint que utilicé en los últimos encuentros presenciales sobre teología y espiritualidad. Es un powerpoint que he publicado antes, pero que tiene algunas actualizaciones. 

DON Y COMUNIÓN SINTÉTICO 2024

domingo, 2 de junio de 2024

Apenas pan y vino

   Cuando los seres humanos hemos querido representar la presencia divina en algo material, hemos construido edificios monumentales: desde las pirámides (egipcias o americanas) hasta el Templo de Jerusalem; desde la Basílica de San Pedro hasta el Templo Mormón de Salt Lake City… construcciones pétreas, diseñadas para impresionar y para durar por siglos.

   Cuando Dios mismo quiso dejar su presencia divina en algo material eligió apenas pan y vino: realidades sencillas, domésticas, cotidianas, familiares… y directamente creadas para dejar de existir, dando vida a quienes las consumen.
   Y en esto también se manifiesta que Dios es “don de sí mismo” para la “comunión”.

   Además, en la dupla "pan y vino" se expresa lo necesario para la vida y aquello que alegra la vida: el vino no es indispensable, pero sin vino no hay fiesta (Cf. Jn 2,1-11). Es semejante a la dupla "leche y miel" (características de la Tierra Prometida)... sólo que leche y miel es alimento de niños, mientras que pan y vino es alimento de adultos: en la Nueva Alianza, Dios nos considera sus hijos adultos, porque ahora tenemos la revelación y la alianza que nos trajo el Hijo, y tenemos al Espíritu en nuestros corazones, que clama "Abbá", es decir, "Papá" (Gál 4,4-7).