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sábado, 11 de septiembre de 2021

Canal de youtube: para ver los videos de mis parábolas

Con el siguiente enlace se puede acceder a mi canal de youtube, en que están disponibles las parábolas que suelo contar los sábados.


Las dos parábolas que llevo contadas en septiembre son:
   - la parábola del gimnasio y del sillón: una reflexión sobre los distintos bienes (valores, placer, utilidad)
   - la parábola del peaje: sobre la esperanza cristiana en el más allá
 

sábado, 4 de septiembre de 2021

Videos de la parábolas que contamos en agosto

 Aquí les dejo una tabla con las parábolas que contamos en el mes de agosto, su tema, y el enlace para verlo en youtube. 


7.8

Los 30 cigarrillos – sobre la verdad de hecho y la verdad metafísica

https://youtu.be/JqCzULzprjo

14.8

El auto – sobre la naturaleza humana y la libertad

https://youtu.be/7YnAbEJ_9zM

21.8

Acelerar la bicicleta – sobre la importancia de la perseverancia y la coherencia

https://youtu.be/6RO4aV7p2w0

 

28.8

El buen navegante – sobre el arte de conducir bien la propia vida

https://youtu.be/asZTTkIgXgc

 


sábado, 31 de julio de 2021

La parábola de la mejor casa

 Enlace para ver el video en youtube: LA PARÁBOLA DE LA MEJOR CASA

Texto:

La parábola de la mejor casa [1]

  

   En una empresa constructora estaban por cumplir sus 25 años de actividad. Entonces, el dueño de la empresa llamó al ingeniero jefe y le dijo que –para festejar el aniversario– quería que construyeran una “casa soñada”. Ya se había elegido el terreno –grande y en un lugar con una vista privilegiada al paisaje local– y la consigna que el dueño le dio al ingeniero jefe es que –para este proyecto– no se preocupara por los costos, sino que le pusiera lo mejor de lo mejor en todos los rubros.

   El ingeniero jefe, a punto para comenzar la construcción, fue a averiguar los precios de los materiales. Y resultó que la bolsa del mejor cemento costaba 1000. Pero el cemento bueno que él siempre usaba costaba a 420… y le pareció demasiada la diferencia. Y, a pesar de la consigna que le había dado el dueño de la empresa, él prefirió usar este cemento más barato. Con los hierros para la construcción pasaba algo parecido: el mejor hierro –acerado y antisísmico– estaba a 1000 pero el hierro bueno que él siempre usaba estaba a 380… así que aquí también compró el hierro más barato. Y así fue haciendo con todo.

   Llegados a la parte eléctrica, había un equipamiento de última generación compuesto de paneles solares que hacía que la casa fuera autosuficiente en cuanto a la energía que necesitaba. Pero era carísimo… así que el ingeniero hizo una instalación eléctrica de muy buena calidad, pero de tipo tradicional.

   El resultado fue una gran casa, pero no la casa súper espectacular que podría haber sido… aunque el dueño de la empresa no sabía esto.

   Cuando el ingeniero jefe lo llevó al dueño a recorrer la casa terminada, el dueño igualmente quedó satisfecho con la casa.

   Y al salir a la calle para contemplarla desde afuera, el dueño de la casa le da un abrazo al ingeniero jefe y le dice: “Esta casa es para vos”.


[1] Esta parábola se la escuché al P. Eddy, el monje trapense que era el capellán de las hermanas trapenses de Hinojo, allá por los años ´80.


sábado, 17 de julio de 2021

La parábola del libro de los ejercicios físicos

 En el siguiente enlace podrán ver una parábola sobre la importancia de la práctica de la Palabra de Dios, incluso para su correcta interpretación.

PARÁBOLA DEL LIBRO DE LOS EJERCICIOS FÍSICOS

jueves, 30 de noviembre de 2017

¿Qué es la verdad?

La parábola de “los 30 cigarrillos”.

   En una población, se hizo una encuesta para saber cuánto fumaba la gente. Y resultó que, quien menos fumaba, consumía 20 cigarrillos por día; y quien más fumaba consumía el doble. Y como el consumo era –más o menos– parejo en toda esa población, resultaba que el promedio era 30 cigarrillos por día y por persona. Esta es una verdad estadística: es verdad que en esa población cada uno fuma 30 cigarrillos por día.
   Ahora bien, desde esa “verdad estadística” ¿podemos concluir que lo bueno para el ser humano es fumar 30 cigarrillos por día? 
   Si fuéramos a un congreso médico y les planteáramos esa pregunta, la respuesta sería: "No". Y, si les propusiéramos a los médicos: “¿Entonces lo bueno es fumar el mínimo que se fuma en esa población: un paquete por día?”. La respuesta volverá a ser: "No". Entonces les preguntamos a los médicos: “¿Y cuánto es bueno fumar por día?”… y allí nos dirán: “Lo bueno es no fumar”.
   ¿De dónde sacan los médicos que lo bueno es no fumar? No lo sacan de la “verdad estadística” (o “de hecho”), que muestra algo muy distinto; lo sacan del estudio del organismo humano, que se deteriora con las decenas de elementos nocivos y cancerígenos que tiene el tabaco. Ésta es una verdad metafísica (es decir: basada en el ser de las cosas, y de lo que es bueno para ellas): lo bueno para el ser humano es no fumar.[1]
   Y esto seguiría siendo verdad, aún cuando la población relevada en la encuesta inicial fuese la totalidad de la población mundial: que todo el mundo fumara, no transformaría en sano el hecho de fumar…




[1] Según la Organización Mundial de la Salud: “En el humo de tabaco hay unos 4000 productos químicos conocidos, de los cuales se sabe que, como mínimo, 250 son nocivos, y más de 50 cancerígenos para el ser humano.” Fuente: Organización Mundial de la Salud 

sábado, 4 de junio de 2016

Parábolas fáciles sobre temas difíciles



Jesús enseñaba en parábolas. Y Él es nuestro Maestro y Señor (Jn 13, 13s)... por lo cual, imitarlo también en su modo de enseñar aparece como algo bueno.
   Y en este cambio de época –en que la mayoría prefiere la imagen a la idea, y la narración al concepto– también aparece como adecuado recurrir a las parábolas.
   No obstante, en este volumen también ofrecemos junto con las parábolas:
   – su explicación;
   – textos para profundizar y orar;
   – propuestas para vivir;
   – y alguna metodología catequística para exponer el tema tratado en la parábola.
   Y que el Espíritu, que sopla donde quiere, siga haciendo lo Suyo...

Algunos ejemplos de este tipo de parábolas se pueden ver en este mismo blog, en la solapa "Parábolas". 

  Este libro es la esperada reedición del volumen 1 que habíamos publicado con Claretiana en 2004 y 2006, ahora en formato 22 x15, y 80 páginas.

Disponible en Mercado Libre: Ver el libro en Mercado Libre
 Y en las librerías: 
- De la UCA: Av Alicia M. de Justo 1500, Subsuelo, Edif. San Alberto Magno, CABA 
- De la Junta Catequística de Lomas de Zamora: Sáenz 572, Lomas de Zamora, Buenos Aires.
- De San José: Esteban Adrogué 1151, Adrogué, Buenos Aires: Librería de San José en Facebook 

viernes, 20 de mayo de 2016

La Persona-Amor: una meditación sobre los hijos y el Espíritu Santo



La relación existente entre la persona del hijo en el matrimonio y la Persona del Espíritu Santo en la Trinidad, merece una meditación complementaria.
   Antes de que nazca el primer hijo, el amor del matrimonio ya es muy rico, pues es comunión, sentimiento, vínculo, alianza, sacramento...  
   Pero cuando nace el primer hijo sucede algo maravilloso: vemos que nuestro amor se ha hecho persona. Nuestro amor ha tomado consistencia propia, y está ante nosotros con su propia identidad.
Tiene algo de tí, y tiene algo de mí; pero no es ni tú, ni yo: es él.
Es otro, pero es uno de nosotros.
Es una tercera persona, pero no ha venido “de fuera”, sino que ha surgido “de dentro” de las dos personas que lo preceden, y como expresión de su amor.
   Y, por eso, podemos decir que el hijo –como tercera persona en la familia– es “imagen y semejanza” de la Tercera Persona Divina. 
   Pues el Espíritu Santo es la Persona Divina en Quien el Amor del Padre y del Hijo es consistencia personal, con su propia identidad. Y el Espíritu Santo no es ni el Padre, ni el Hijo: es Él mismo. Es Otro, en ese Nosotros Trinitario. Y, esta Tercera Persona no ha venido “de fuera”, sino que procede de las Otras Dos: es la Persona-Amor.
   Es fascinante contemplar cómo la Trinidad deja su huella maravillosa en todo lo que hace.[1]


(Texto tomado de mi libro Meditaciones sobre la Trinidad, Buenos Aires, 2010 (2ª ed); pp. 94-95... y levemente modificado: la vida continúa... ).


[1] Incluso se podría ver una lejana reminiscencia de lo masculino y lo femenino, en el Padre que “se da”  y el Hijo que es “receptivo”; y todo esto, sin que menoscabe la igualdad de dignidad y la unidad de naturaleza (ver Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, I, 27, 2, ad 3 y I, 42, 1); de modo semejante a como "ser mujer" o "ser varón" son los dos modos concretos de "ser humano" y ambos tienen la misma naturaleza y la misma dignidad de personas humanas.

Parábolas sobre la Trinidad 2: La parábola de “la torta y el conocimiento”



   Si en un grupo alguien lleva una torta para compartir, no queda más remedio que dividirla en porciones y cada uno recibe una porción.
   De este pequeño evento particular podemos derivar una especie de definición general: “Para compartir las cosas materiales es necesario dividirlas, y cada uno recibe una parte”.
   Pero con las realidades espirituales no sucede así. Y aquí hay que aclarar que cuando digo “realidades espirituales” no me refiero a nada religioso ni sobrenatural: los seres humanos somos un compuesto de espíritu y materia, y hay realidades humanas que son fundamentalmente espirituales, como el conocimiento.
   Cuando alguien comparte conocimientos –un docente en una clase, por ejemplo–  no los pierde; y cada persona que los recibe puede llevarse la totalidad de lo que el docente comparte. Por lo tanto, aquí sucede al contrario que en el caso anterior: las realidades espirituales, al ser compartidas… ¡se multiplican!
   O, precisando (un poco) el lenguaje para que nos sirva para el misterio de la Trinidad, podemos decir que “Una realidad espiritual puede ser poseída por distintas personas, simultánea y totalmente”.
   Cuando recordamos que la “naturaleza divina” es espiritual, podemos reflexionar así: Dios Padre que es “la fuente y el origen de toda la divinidad” (CCE 245) le comunica la divinidad al Hijo –sin perderla, como el docente comunica conocimientos sin perderlos- y así engendra al Hijo, que es “Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado, de (o desde) la misma naturaleza del Padre”.
   Y algo semejante sucede en la comunicación que el Padre y el Hijo hacen al Espíritu Santo.
   De este modo, podemos contemplar un poco cómo es que: “Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios” porque “"Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina” (CCE 253).

jueves, 19 de mayo de 2016

Parábolas sobre la Trinidad 1

   Se acerca la solemnidad litúrgica que celebra a la Santísima Trinidad. Con este motivo, les compartiré hoy -y en los días siguientes- algunos recursos para meditar sobre la Trinidad divina.
 

La parábola de “El abrazo de los ángeles”

             Yo me preguntaba qué sería el amor.
            Miré enfrente, y vi tres amigos estrechándose en un gran abrazo: vi tres amigos y un solo abrazo; tres amigos y una sola amistad que los une. En cierto modo son tres, y en cierto modo son uno, sin dejar de ser tres.
            Luego miré por encima de mí, y vi tres ángeles uniéndose en un profundo abrazo: los tres en uno, sin dejar de ser tres. Comunión de tres, sin fusión pero sin separación.
            Y miré aún más arriba, a lo más alto del Cielo, y vi al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: Tres Infinitos en una sola Infinitud; Tres Infinitos en un solo abrazo infinito. Inconfundibles e Inseparables; profundamente distintos y profundamente unidos.
            Y entendí qué es el Amor.

 

Explicación de la parábola

            La Santísima Trinidad no es un problema matemático, sino un Misterio de Amor.
            Por eso, aún con la precariedad que implica, el mejor acceso que tenemos al misterio de la Divina Trinidad, son las experiencias de amor que conocemos o vislumbramos.
            En primer lugar, las experiencias humanas de amor. Pues, cuando las personas humanas nos amamos con amor verdadero, no sólo no perdemos nuestra propia identidad, sino que la identidad personal de cada uno es reforzada y se desarrolla en esa