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domingo, 5 de mayo de 2019

Observaciones sufridas sobre la economía y el dólar


   El director de Perfil, Jorge Fontevecchia escribió hace un año un artículo que se llama: “Dolarizados” donde constata que lo estamos de hecho.[1] Parece que siguió pensando el tema y en junio escribió otro artículo en donde se preguntaba por una dolarización efectiva y oficial: “¿Dolarizar?”.[2]
   Parte del asunto, como hace notar el autor, es que el 68 % de las empresas que trabajan en la Argentina son extranjeras y hacen sus análisis en inglés y en dólares (a diferencia de nuestro vecino Brasil, en donde sólo son el 24%). Y otra razón es la inveterada costumbre nacional de refugiarse en el dólar para no perder poder adquisitivo. Por eso Argentina es el país del mundo en que hay mayor cantidad de dólares fuera de Estados Unidos. De alguna manera -se ha dicho- los argentinos han plebiscitado en favor del dólar...
   Por otra parte, las tarifas están dolarizadas como hacen constar quienes hacen un seguimiento permanente del tema como Hector Polino, de Consumidores Libres.[3]
    Yo destaco del análisis de Polino que el único rubro importante de la economía que no está dolarizado son los salarios y jubilaciones.
   Ante esta dicotomía, cabe preguntarse qué quieren decir aquellos que dicen que dolarizar es resignar la soberanía económica nacional.
   Y también cabe preguntarse sobre la real soberanía nacional en materia económica cuando en enero de 2016 el dólar estaba a $ 15 y ahora está al triple… y el gobierno no parece poder hacer nada al respecto (digo esto porque según el diccionario de la Real Academia Española "soberanía" designa "el poder político supremo que corresponde a un Estado independiente").
   Y esto sin contar que la soberanía está jaqueada por el FMI.[4]
   Como yo no soy especialista no tengo una opinión definita al respecto. Sólo observo lo que pasa, noto las dicotomías y escribo lo que veo para hacernos pensar...

sábado, 9 de marzo de 2019

La Trinidad y la Doctrina Social de la Iglesia: 9 artículos publicados en Eclesia en 2018


1. Las consecuencias sociales del misterio de la Trinidad.

   En distintos artículos anteriores hemos mostrado la dimensión ética del misterio de la Trinidad. Podríamos decir que la Trinidad nos invita a un “estilo de vida trinitario”, que consiste en el don de sí mismo a los demás que –cuando es mutuo‒ genera la comunión. Y en esta doble clave ‒“don de sí mismo” y “comunión”‒ podemos sintetizar la teología trinitaria… y casi toda la teología.
   Este año, nuestra propuesta es abordar un aspecto particular de la moral cristiana: la doctrina social de la Iglesia, que es la “moral social” que complementa naturalmente a la “moral personal”, dado que toda persona es naturalmente un sujeto relacional.


1. Nexos entre el Misterio de la Trinidad y la Doctrina Social de la Iglesia.

   En primer lugar, estos dos “temas” tienen algo en común: son una carencia histórica en la predicación, en la catequesis y en la vivencia cristiana. Y no es casual que ambos contenidos estén ausentes, pues están vinculados: si no afirmamos a un Dios Trinidad cuando hacemos la exposición de los contenidos de la fe, no tendremos sustento firme para hablar de la dimensión social de la persona, cuando expongamos los contenidos de la moral cristiana. Pues el mejor cimiento para la Doctrina Social de la Iglesia es mostrar que Dios mismo es “una realidad social”.
    Pero hay otro elemento común –ahora positivo– entre la exposición del misterio de la Trinidad Divina, y la Doctrina Social de la Iglesia: en épocas recientes, es creciente la atención dedicada a ambas temáticas, alcanzando a generar un interés cada vez más masivo dentro de la Iglesia (aunque con impacto desigual). Este creciente interés –más o menos simultáneo– por ambos temas, nos confirma su secreta vinculación.
   Y, como un “botón de muestra” indiquemos lo siguiente: en el Magisterio Universal de la Iglesia, surgen –con muy pocos años de diferencia– primero el Catecismo de la Iglesia Católica (1992-1997) cuyo “hilo conductor” es el misterio de la Trinidad;[1] y luego el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia (2005), llamado por muchos “el Catecismo social”... y que comienza con una rica exposición trinitaria, que más abajo recorreremos.
           

2. La Trinidad como modelo de comunión en el CCE.

   Primero recordemos un aspecto en el que siempre es necesario insistir: la Trinidad es comunión de Tres Personas Divinas infinitamente distintas que ‒al mismo tiempo‒ son la misma divinidad.[2]
   Cuando consideramos el misterio de Dios, a lo máximo que llegamos en esta vida es a una mirada en la cual contemplamos dos aspectos complementarios, pero que nunca podemos terminar de sintetizar en una unidad final. Y esto es lógico, porque –como decía San Agustín– “Si lo 

viernes, 25 de enero de 2019

"Fraternal economy": versión en inglés de mi artículo "Economía fraterna"



Fraternal economy

“All human beings are born free and equal in dignity and rights.
They are endowed with reason and conscience
and should act towards one another in a spirit of brotherhood.”

       United Nations, The Universal Declaration of Human Rights, Article 1.


1. An economic experience of many centuries

   When someone enters a monastery of the Benedictine tradition, in addition to joining a religious community he also joins an economic community. This type of community could be called a production and consumption cooperative.
   And it works like this: the person who joins is assigned a task, which does not exceed 6 hours a day.[1] And fulfill this task enables the person to enjoy all the goods and services that the monastery provides. It's that simple.
   No money is needed inside the monastery: work, production, goods and services are enough. And, as for the management mode, it is a fraternal economy: in fact, the monks call each other “brothers”.
   On the other hand, let´s remember that the word "economics" refers originally to the family: in Greek "óikos" means "house" and "nomos" means "regulation": economics is the practical wisdom with which ‒especially the father of family but not only him‒ the activity of the house is planned and regulated for the benefit of all its members. And let´s remember that the "houses" of ancient times were also economic communities like the monastery, and sometimes they were very numerous.[2]


2. An opportunity and its incalculable benefits

   The question is: why could not this system be applied on a global scale? Not only does there seem to be no economic downside, but there would be many benefits. It doesn’t seem to be problematic, because the macroeconomic numbers show that there is capacity to produce enough goods and 

miércoles, 23 de enero de 2019

Las 26 personas más ricas del mundo poseen la misma riqueza que media humanidad


Según el informe 2019 de la ONG Oxfam Internacional, en la actualidad tan solo 26 personas poseen la misma riqueza que los 3.800 millones de personas que componen la mitad más pobre de la humanidad.
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
El nuevo informe de Oxfam, titulado "Bienestar público o benefício privado" muestra cómo la riqueza está cada vez más concentrada en menos manos y como la brecha entre las personas ricas y pobres está creciendo y poniendo en peligro la lucha contra la pobreza. Mientras el año pasado eran 43 los milmillonarios en el mundo, este año la brecha aumenta reduciéndose a tan solo 26 personas las cuales poseen la misma riqueza que los 3.800 millones de personas que componen la mitad más pobre de la humanidad.
El informe, centrándose en el papel que desempeñan los servicios públicos a la hora de luchar contra la pobreza, revela cómo los Gobiernos están exacerbando la desigualdad al no dotar los servicios públicos, como la educación y la salud, de la financiación necesaria, al conceder beneficios fiscales a las grandes empresas y las personas más ricas, y al no frenar la elusión fiscal.

Los milmillonarios son más ricos que nunca

"Bienestar público o benefício privado" también revela como en los últimos 10 años, marcados por la crisis económica mundial, la riqueza de las personas más ricas del mundo se ha incrementado considerablemente, asegurando que el número de milmillonarios se ha duplicado, y su riqueza se ha incrementado en 900.000 millones de dólares tan solo en el último año, lo cual equivale a un incremento de 2.500 millones de dólares diarios. Además, entre 2017 y 2018, cada dos días surgía un nuevo milmillonario en promedio. Frente a estos datos, llama la atención la situación de la otra cara de la moneda, los pobres, cuya riqueza se ha visto reducida en un 11% perjudicando a 3.800 millones de personas.

El 1% de la fortuna de Amazon equivale al presupuesto sanitario de todo Etiopía

El ejemplo más claro se observa en Jeff Bezos, propietario de Amazon y hombre más rico del mundo, quien posee una fortuna de 112.000 millones de dólares, de los cuales tan solo el 1% equivale a la totalidad del presupuesto sanitario de Etiopía, un país donde viven 105 millones de personas.

3.400 millones de personas subsiste con menos de $5,50 al día

Datos recientes del Banco Mundial indican que la tasa de reducción de la pobreza se ha reducido a la mitad desde 2013, provocando el aumento de la “pobreza extrema” en África subsahariana. Esto supone que la mayor parte de la humanidad no ha conseguido alejarse de la pobreza, de hecho, algo menos de la mitad de la población mundial (3400 millones de personas) subsiste con menos de 5,50 dólares al día.
La devastadora desigualdad en la actualidad provocará que 262 millones de menores no puedan ir a la escuela, casi 10.000 personas morirán por carecer de acceso a atención sanitaria y se realizarán 16.400 millones de horas de trabajo de cuidados no remunerado, mayoritariamente por parte de mujeres pobres. Según el informe de Oxfam, si el 1% más rico pagase solo un 0,5% más de impuestos sobre su riqueza, podría recaudarse más dinero del necesario para escolarizar a los 262 millones de niñas y niños que actualmente no tienen acceso a la educación, y proporcionar asistencia médica que podría salvar la vida de 3,3 millones de personas.

La desigualdad tiene género

El informe también constata que la creciente desigualdad económica afecta especialmente al género femenino, siendo la mayoría de las personas más ricas del mundo hombres. A nivel mundial, las mujeres ganan un 23% menos que los hombres, y los hombres poseen un 50% más de riqueza que las mujeres.
Asimismo, los datos del Banco Mundial ponen de manifiesto que las mujeres tienen más probabilidades de estar sumidas en la pobreza, especialmente cuando están en edad reproductiva, debido a la carga de trabajo de cuidados no remunerado que se les asigna.
Tomado de: VATICAN NEWS

lunes, 17 de diciembre de 2018

Economía libre o Economía planificada


   La "economía del mercado libre" que la escuela de Chicago de Milton Friedman & Cía. ha logrado imponer en las últimas décadas como si fuera la única posibilidad ‒o la mejor‒ en realidad, era vista como una excentricidad hasta mediados del siglo XX, y sigue siendo una contradicción con el concepto mismo de economía.
   La misma palabra “economía” está compuesta por dos vocablos griegos: “oikos” que es “casa” y “nómos” que es “ley”, “norma” o “regulación”: la economía es el modo inteligente, prudente, planificado como el padre de familia organiza la actividad laboral para el bien de la familia.
   Con lo cual la idea misma de planificación y regulación está en el concepto mismo de economía. Una “economía libre” en el sentido de ausente de regulación y planificación es un oxímoron.
   Que la libertad es un bien humano y que debe ser resguardada y promovida también en el ámbito económico significa impulsar la creatividad, ingenio, compromiso, imaginación, etc. de las personas en ese ámbito económico. Pero muchas veces se utiliza como excusa para que grandes conglomerados económicos arrasen con la vida de la gente, sin ser detenidos ni controlados por nadie.
   También significa que las personas estén sujetas a todo tipo de incertidumbres respecto de su futuro, pues "los mercados" o "las variables económicas" pueden modificarse sin límites, sumiéndolas eventualmente en la desocupación y/o en la pobreza.
   O sea que se utiliza un bien tan noble como la libertad para imponer la injusticia sin que nadie proteste (o se le reconozca el derecho a protestar) pues esas son "las reglas de juego"... de un juego sin reglas.
   
   

Injusticia Sociedad Anónima


    El año pasado ‒con un dólar a $ 17‒ comprar un bien valuado en dólares o realizar un viaje al exterior costaba menos de la mitad de lo que cuesta hoy. O sea: hoy hay que trabajar más del doble de lo que se necesitaba trabajar hasta el año pasado para lograr lo mismo. La pregunta es ¿por qué?
   ¿Acaso la gente trabaja la mitad del tiempo que trabajaba el año pasado? No. 
   ¿Acaso disminuyó su productividad a la mitad? No.
   Si nuestro trabajo es de la misma calidad y cantidad que el año pasado, pero nuestras posibilidades se redujeron a menos de la mitad en algunos rubros, alguien nos ha robado.
   Los economistas podrán esforzarse en dar explicaciones de todo tipo, pero el hecho no cambia: debemos trabajar el doble para lograr lo mismo.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Estados Unidos se achinó y el peligro del cambio climático se incrementa [1]



   Una de las decisiones de Donald Trump fue la salida unilateral de los Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, que implica un límite para los estados firmantes respecto del volumen de contaminación que pueden producir.
   Con esto, en lugar de intentar que China se incorpore a ese Acuerdo y reduzca sus emisiones, Estados Unidos comenzó a hacer lo mismo que China: contaminar sin control.
   ¿Cuál es el resultado? En 2017 y 2018 se invirtió el dinamismo decreciente que tenían las emisiones de CO2 que volverán a tener niveles récord este año.[2]
   Por supuesto, las economías de China y USA están en crecimiento… en un mundo que cada vez está más cerca de una catástrofe climática y social globales, como alertaba Francisco en su encíclica Laudato Si, y como las oficinas federales le advierten a Trump, ante cuyos informes que suman más de 1500 páginas, toda su respuesta fue: “No me la creo”.[3]
   Economías nacionales en crecimiento en un mundo que se desequilibra es algo tan promisorio como estar ganando una fortuna al poker... en el Titanic.
   Si los líderes mundiales no hacen caso del gran problema que causará grandes daños al planeta y a todos quienes vivimos en él, va siendo hora de que empecemos a elegir líderes que se hagan cargo del problema y de su solución.
   Si la humanidad va a tener una oportunidad de sobrevivir -y de mantener su carácter humano- no será con el modelo egoísta de competencia que campea ahora, si no con un modelo de colaboración solidaria y responsable.
   Una posibilidad concreta de un modelo de colaboración puede leerse en este mismo blog en la entrada "Economía fraterna" y las dos que la continúan:  ECONOMÍA FRATERNA



[1] Para este “achinamiento” de USA puede verse el artículo de BBC News: Trump y su salida del Acuerdo de París
[2] Véase el informe que presenta el diario El País: Incremento de CO2
[3] Véase el siguiente link: "No me la creo" Desde este link también se puede acceder a un resumen de los informes estadounidenses que mencionamos.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Economía fraterna: tres historias concretas posibles, y algo más…

   En los dos artículos anteriores presenté la economía fraterna desde una perspectiva general: ECONOMÍA FRATERNA
Y abarcadora, y luego concreticé algunos aspectos: ECONOMÍA FRATERNA EN CONCRETO
   Ahora lo concretizo aún más, mostrando la posibilidad real de un mundo distinto. Naturalmente, este artículo presupone la lectura de los dos anteriores, en que están resueltas cosas que aquí no se mencionan.

1. Economía fraterna en la ciudad: área servicios.

   Martín sale de su casa rumbo a la Universidad en donde trabaja como profesor. Como esta mañana hace bastante frío toma el ómnibus; si no, suele caminar esas veinte cuadras que separan su casa de la Universidad. Al subir al ómnibus pasa su ecocard por el lector, y luego va y se sienta. El viaje, por supuesto, es breve.
   Llegado a la Universidad dicta tres horas de clase, y luego está un par de horas más atendiendo consultas de alumnos. Terminada la tarea, vuelve a casa, ahora sí caminando: aprovecha a pasar por el supermercado para llevar algunas cosas que están faltando en casa.
   Cuando llega, su esposa Irene ya está cocinando: ella prefiere dedicar algunas horas de la mañana a las tareas de la casa, mientras su hijo Daniel está en la escuela. Como Martín se ocupó de comprar en el supermercado, Irene ocupó parte de la mañana en hacer ejercicio, caminando y charlando con un par de amigas en el parque cercano.
   El horario de la escuela es de cuatro horas, pues la educación se ha vuelto semipresencial y un tercio de las tareas se hacen en casa. Además los padres no deben preocuparse por llevar sus hijos a la escuela: un ómnibus escolar los recoge y los trae de vuelta, lo cual ha descongestionado el tránsito y ha aliviado la vida de las familias, además de otros beneficios (menos contaminación, menos gasto de energía, etc.).
   Irene es enfermera y trabaja en un hospital cercano cinco horas por la tarde. Martín normalmente se queda en casa con Daniel, leyendo o preparando clases, y ayuda a su hijo con la tarea si es necesario.
   Algunas tardes Martín y Daniel van hasta el club cercano y juegan al tenis. En otras oportunidades, Daniel juega al futbol con sus amigos, mientras Martín toma un café con algunos amigos en el bar del club.

   Tanto Irene como Martín tienen sus “compañeros de trabajo”, como los tienen todos: son personas que se eligen mutuamente, generalmente a lo largo de la carrera de formación, y forman un equipo de trabajo. En este caso, la compañera de Irene es María, y el compañero de Martín es Oscar. Los “compañeros de trabajo” a veces están juntos en su lugar de trabajo, otras veces está uno o el otro. La idea es que tengan más libertad para disponer del tiempo que la que había antes: entre ambas personas cubren los horarios y cumplen las tareas pautadas, coordinando entre ellos cómo lo harán.[1]  
   Hoy Irene no irá al hospital, pues María lo hará: hace un par de semanas que habían programado con Martín y Daniel para ir al teatro. Piden un taxi por teléfono para que los recoja y los lleve hasta el 

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Economía fraterna, en concreto

                                                                                   Tú ves las cosas y dices: “¿Por qué?”
Pero yo sueño cosas que nunca han sido, y digo: “¿Por qué no?”

                        George Bernard Shaw

1. Introducción

   Continuando con las ideas presentadas en nuestra reflexión anterior, pensemos ahora en concreto.[1]
   Pensemos, por ahora, un mundo posible no muy diferente al nuestro en algunos aspectos (aunque muy distinto en otros). Pensemos en nuestros supermercados y otros comercios; en nuestros camiones y trenes distribuyendo productos a esos locales; en nuestras escuelas y universidades; en nuestros hospitales; en nuestro sistema de gobierno democrático y republicano.
   Pensemos ahora un sistema educativo que ayuda a que cada persona descubra su vocación, y ayuda a que esa vocación se transforme finalmente en su profesión. Hoy en día quienes tenemos la posibilidad de trabajar en aquello que es nuestra vocación nos sentimos privilegiados. Y es muy duro trabajar muchas horas por día en algo que no es afín a uno, y sólo debe ser sobrellevado para poder subsistir. En este mundo posible, una clave esencial es el ejercicio de un trabajo libre, creativo, participativo y solidario.[2] Esto es excelente para la persona y para la sociedad: para la persona, pues disfruta de aquello que es su trabajo; para la sociedad, pues quien trabaja de aquello que es su vocación ofrece el mejor producto, servicio, arte u oficio, pues lo hace de corazón.

2. La tarjeta de economía.

   Muchos de nosotros tenemos una tarjeta de débito y/o de crédito. Pensemos en una tarjeta semejante, que podríamos llamarla “tarjeta de economía” (o “ecocard”, si se prefiere un nombre más práctico, universal y “publicitario”).
   Y ahora empieza el esfuerzo de imaginación: esta sociedad se mueve sin dinero. Lo que la “ecocard” registra es que yo estoy realizando mi trabajo del modo adecuado. Y ése es mi aporte (y el de todos y cada uno) a esta sociedad: el trabajo.

3. Producción, consumo y disfrute.

   A nuestro sistema actual se le llama, a veces, “sociedad de consumo”. Pero, en realidad, nuestra economía es –principalmente– especulativa.[3]  La sociedad que yo propongo es sí, en verdad, una 

viernes, 23 de junio de 2017

El Buda, las riquezas y la felicidad

   El Buda es un caso impresionante en más de un sentido. También lo es para un drama fundamental de la vida humana... en el cual el Buda nos muestra que nuestra cultura dominante estaría equivocada al suponer que "a mayor riqueza, mayor felicidad".
   Pues la "Primera Noble Verdad" del Buda (son cuatro) se podría traducir diciendo: "la vida es insatisfacción". Y él, que era un hombre rico, abandona sus riquezas ¡buscando la solución al problema de la insatisfacción!
   Esta decisión del Buda muestra que él ni siquiera consideró "neutrales" a esas riquezas (o sea: que no le sumaban a la solución del problema, pero que tampoco lo obstaculizaban): si las abandonó es porque las consideró un verdadero impedimento para la solución del problema de la insatisfacción.

jueves, 25 de mayo de 2017

Economía fraterna


 “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos,
y dotados como están de razón y conciencia,
deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”

Declaración Universal de los Derechos del Hombre,
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
Artítulo 1°.

1. Una experiencia económica de muchos siglos

   Cuando una persona ingresa a un monasterio de la tradición benedictina, además de incorporarse a una comunidad religiosa también se incorpora a una comunidad económica. Ese tipo de comunidad podría llamarse una cooperativa de producción y consumo.
   Y funciona así: a la persona que se incorpora se le asigna una tarea dentro de un horario establecido, que no supera las 6 horas diarias.[1] Y cumplir con esta tarea habilita a la persona para disfrutar de todos los bienes y servicios que tiene el monasterio. Así de simple.
   Dentro del monasterio no se necesita dinero: basta con el trabajo, la producción, los bienes y los servicios. Y, en cuanto al modo de gestión, es una economía fraterna: de hecho, los monjes se llaman “hermanos”.
   Por otra parte, recordemos que la palabra “economía” se refiere originariamente al ámbito familiar: en griego “óikos” es “casa” y “nómos” es “regulación”: la economía es la sabiduría práctica con que –sobre todo el padre de familia pero no sólo‒ planifica y regula la actividad de la casa para beneficio de todos sus miembros. Y recordemos que las “casas” de la antigüedad también eran comunidades económicas como el monasterio, y a veces muy numerosas.[2]


2. Una oportunidad y sus incalculables beneficios

  La pregunta es: ¿por qué no podría aplicarse este sistema a una escala global? No sólo no parece haber ningún inconveniente económico, sino que habría muchos beneficios.
   No parece haber ningún inconveniente, pues los números macro-económicos muestran que hay