jueves, 30 de noviembre de 2017

¿Qué es la verdad?

La parábola de “los 30 cigarrillos”.

   En una población, se hizo una encuesta para saber cuánto fumaba la gente. Y resultó que, quien menos fumaba, consumía 20 cigarrillos por día; y quien más fumaba consumía el doble. Y como el consumo era –más o menos– parejo en toda esa población, resultaba que el promedio era 30 cigarrillos por día y por persona. Esta es una verdad estadística: es verdad que en esa población cada uno fuma 30 cigarrillos por día.
   Ahora bien, desde esa “verdad estadística” ¿podemos concluir que lo bueno para el ser humano es fumar 30 cigarrillos por día? 
   Si fuéramos a un congreso médico y les planteáramos esa pregunta, la respuesta sería: "No". Y, si les propusiéramos a los médicos: “¿Entonces lo bueno es fumar el mínimo que se fuma en esa población: un paquete por día?”. La respuesta volverá a ser: "No". Entonces les preguntamos a los médicos: “¿Y cuánto es bueno fumar por día?”… y allí nos dirán: “Lo bueno es no fumar”.
   ¿De dónde sacan los médicos que lo bueno es no fumar? No lo sacan de la “verdad estadística” (o “de hecho”), que muestra algo muy distinto; lo sacan del estudio del organismo humano, que se deteriora con las decenas de elementos nocivos y cancerígenos que tiene el tabaco. Ésta es una verdad metafísica (es decir: basada en el ser de las cosas, y de lo que es bueno para ellas): lo bueno para el ser humano es no fumar.[1]
   Y esto seguiría siendo verdad, aún cuando la población relevada en la encuesta inicial fuese la totalidad de la población mundial: que todo el mundo fumara, no transformaría en sano el hecho de fumar…




[1] Según la Organización Mundial de la Salud: “En el humo de tabaco hay unos 4000 productos químicos conocidos, de los cuales se sabe que, como mínimo, 250 son nocivos, y más de 50 cancerígenos para el ser humano.” Fuente: Organización Mundial de la Salud 

viernes, 17 de noviembre de 2017

Libro recomendable: Utopía para realistas

   Los datos económicos y sociales de nuestra época son contradictorios: nunca hubo tanta riqueza y tecnología en el mundo y la depresión es el principal problema de salud a nivel mundial, especialmente en los adolescentes.
   Rutger Bregman -uno de los pensadores jóvenes más reconocidos de Europa- analiza con profundidad filosófica y abundancia de datos económicos y sociales nuestra situación actual, y demuestra que nuestro modo de vida actual "no da para más".
   Y propone "abrir nuestra cabeza" a posibilidades reales: por eso es una Utopía para realistas.
   Y el libro viene recomendado por personas como Zygmunt Bauman y Thomas Piketty, entre otros.
   Como botón de muestra se puede leer el primer capítulo del libro en el enlace que pongo abajo.


viernes, 10 de noviembre de 2017

Una estimulante reflexión sobre las relaciones interpersonales

   En el enlace que sigue podrán ver un conferencia de Brené Brown titulada "el poder de la vulnerabilidad" (paradoja: que es el género literario de las realidades importantes).
   Allí expone sobre los vínculos, el miedo y la vergüenza, el "coraje de ser imperfecto" (otra gran paradoja... que es lo que las tradiciones de espiritualidad han llamado "humildad", pero la verdadera) y aquello que hace importante a las relaciones humanas.
   Es especialmente interesante, cuando la especialista fue educada en una filosofía positivista cuyo lema era: "si no lo podés medir, no existe"... Que lo disfruten...

BRENE BROWN: El poder de la vulnerabilidad

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Economía fraterna, en concreto

                                                                                   Tú ves las cosas y dices: “¿Por qué?”
Pero yo sueño cosas que nunca han sido, y digo: “¿Por qué no?”

                        George Bernard Shaw

1. Introducción

   Continuando con las ideas presentadas en nuestra reflexión anterior, pensemos ahora en concreto.[1]
   Pensemos, por ahora, un mundo posible no muy diferente al nuestro en algunos aspectos (aunque muy distinto en otros). Pensemos en nuestros supermercados y otros comercios; en nuestros camiones y trenes distribuyendo productos a esos locales; en nuestras escuelas y universidades; en nuestros hospitales; en nuestro sistema de gobierno democrático y republicano.
   Pensemos ahora un sistema educativo que ayuda a que cada persona descubra su vocación, y ayuda a que esa vocación se transforme finalmente en su profesión. Hoy en día quienes tenemos la posibilidad de trabajar en aquello que es nuestra vocación nos sentimos privilegiados. Y es muy duro trabajar muchas horas por día en algo que no es afín a uno, y sólo debe ser sobrellevado para poder subsistir. En este mundo posible, una clave esencial es el ejercicio de un trabajo libre, creativo, participativo y solidario.[2] Esto es excelente para la persona y para la sociedad: para la persona, pues disfruta de aquello que es su trabajo; para la sociedad, pues quien trabaja de aquello que es su vocación ofrece el mejor producto, servicio, arte u oficio, pues lo hace de corazón.

2. La tarjeta de economía.

   Muchos de nosotros tenemos una tarjeta de débito y/o de crédito. Pensemos en una tarjeta semejante, que podríamos llamarla “tarjeta de economía” (o “ecocard”, si se prefiere un nombre más práctico, universal y “publicitario”).
   Y ahora empieza el esfuerzo de imaginación: esta sociedad se mueve sin dinero. Lo que la “ecocard” registra es que yo estoy realizando mi trabajo del modo adecuado. Y ése es mi aporte (y el de todos y cada uno) a esta sociedad: el trabajo.

3. Producción, consumo y disfrute.

   A nuestro sistema actual se le llama, a veces, “sociedad de consumo”. Pero, en realidad, nuestra economía es –principalmente– especulativa.[3]  La sociedad que yo propongo es sí, en verdad, una