jueves, 15 de marzo de 2018

Lo presencial y lo virtual

 
   En algunos ámbitos se dice que, poco a poco, la presencialidad se irá sustituyendo por la comunicación virtual, hasta que todo sea complemente virtual. Se piensa eso, por ejemplo, para el futuro de la educación y, de hecho, ya hay instituciones que ofrecen cursos 100% virtuales.
   Más allá de estudios específicos (de psicología o de filosofía, por ejemplo) que muestran que la eliminación de la presencialidad es la eliminación de un elemento constitutivo del ser humano, a saber, la corporalidad; más allá de esto, digo, está nuestras actitudes espontáneas que también muestran lo mismo:
   ¿Acaso hay grupos de amigos que se reúnen a tomar un café por Skype, cada uno con su taza en su casa, frente a la pantalla? Ni siquiera los adolescentes -que son muchos más digitales que nosotros adultos- comen cada uno su hamburguesa en su casa frente a la pantalla, sino que siguen yendo a McDonald´s, Burger King o lo que sea....
   Y para nosotros, argentinos, en particular: el mate, el asado y el truco no admiten fácilmente una versión virtual, y son reveladores de lo que dijo Borges: “Lo más noble del argentino es la amistad, la pasión de la amistad” (Clarín Literario, 10 de junio de 1971).
   Probablemente, lo semipresencial será un equilibrio útil en un futuro cercano -que en algunos casos ya es presente- pero la eliminación total de lo presencial, si bien es posible, sería otro paso hacia la deshumanización...

miércoles, 7 de marzo de 2018

El ojo y el alma


   En algunos espacios científicos aún se pretende sostener la posibilidad de una objetividad en el conocimiento. Pero esa pretensión está equivocada.
   Es bueno buscar un  conocimiento exacto, preciso, imparcial, etc. Pero la palabra "objetividad" tiene un problema: supone que la subjetividad humana es un elemento contaminante del conocimiento, cuando -en realidad- es la posibilidad misma del conocimiento: podemos conocer porque aplicamos la inteligencia y la voluntad a la investigación... y la inteligencia y la voluntad constituyen el corazón de la actividad subjetiva humana.
   Y toda mirada humana tiene un elemento de interpretación que se relaciona con la historia y los conocimientos del sujeto que observa. Si no hubiera interpretación no sería una mirada humana, sino sólo una percepción ocular. No estaría actuando el alma, sino sólo el ojo. Si incluso los perros de Pavlov eran capaces de interpretar una forma geométrica y vincularla con el alimento o el castigo, cuánto más interpretadora no será la interioridad de una persona. 
   Y esto no es un mal, es sólo una parcialidad... parcialidad imposible de superar porque ningún ser humano puede abarcar todo el campo del conocimiento.
   ¿Cómo superar esta parcialidad individual? Con el diálogo interdisciplinar y la integración del saber.
   Pongo un ejemplo con una simple manzana, para que se pueda advertir la complejidad que puede haber en temas más amplios y profundos:

– Cocinero: todo lo que se puede hacer... desde el vinagre de manzana hasta el apple pie
– Médico o nutricionista: qué nutrientes tiene, cuándo conviene comer, combinado con qué...
– Ingeniero agrónomo: tipos de manzana, zonas, suelos, riego, clima,
– Economista: producción, exportación, retenciones o no, ganancias, compensa la importación de banana
– Publicista: el uso en publicidad: empresa informática – alusión al Génesis (manzana mordida)
– Teólogo: pero en el Génesis no es una manzana, aunque casi todo el mundo lo cree así (y es simbólico)
– Abogado: el juicio entre los Beatles y Apple (discográfica e informática)
– Lingüista: en qué sentido lo decimos (fruto del manzano, cuadrícula de espacio urbano, etc.)
– Literato: mitos y cuentos con las manzanas (Grecia, nórdicos...)
– Bebedor: está el vino, pero también está la sidra…