sábado, 24 de agosto de 2019

Las rosas de Borges y de Eco


   La novela “El nombre de la rosa” de Umberto Eco parece tener un contrapunto implícito con Jorge Luis Borges, justamente en el tema de la rosa.
   Que la obra tiene indicaciones que la vinculan con Borges es bastante claro: ya el prólogo dice que encontró el libro que reavivó sus investigaciones sobre Adso de Melk “en 1970, en Buenos Aires, curioseando en una pequeña librería de viejo de la calle Corrientes, cerca del más famoso Patio del Tango”… justamente esas librerías que tanto gustaban a Borges y de las cuales habla más de una vez en sus textos.
     El bibliotecario ciego Jorge de Burgos es muy claramente cercano a Borges, hasta en el nombre disimulado.
   Los cuentos de Borges “La biblioteca de Babel” y ‒quizás‒ “La muerte y la brújula” laten en la novela de Eco.
  Por eso nos parece lícita la siguiente relación: el poema “La rosa” que está en el primer libro de Borges  ‒“Fervor de Buenos Aires”‒ dice así:

La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín en la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable.

   Aquí hay una rosa perfecta… pero que no está en la realidad de los patios y jardines: “siempre es la rosa de las rosas, /la joven flor platónica… / la rosa inalcanzable” y que es la única “inmarcesible”.
   Eco concluye su libro con una frase en latín que tiene la misma idea, pero ‒según su propia filosofía‒ el escritor italiano pasa del platonismo al nominalismo: “stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus”; que podría traducirse (de un modo algo libre): “la rosa que permanece siempre lozana es la que está en el nombre: sólo tenemos nombres  desnudos (o palabras desnudas)”.
   Ambos escritores apuntan a lo precario de la belleza y de la vida en este mundo ‒representada en la rosa‒ pero desde filosofías distintas.
   Vaya esta pequeña reflexión como un homenaje a Jorge Luis Borges en su cumpleaños 120, quien me ha regalado y me sigue regalando lo que también  Eco dice bellamente al final de su prólogo (citando al autor cristiano Tomás de Kempis): “In omnibus requien quaesivi, et nusquam inveni nisi in angulo cum libro”… mi suerte ha sido un poco mejor que la indican Tomás y Umberto, pero lo que ellos dicen también ha sido para mí una fuente de grandes alegrías y ‒después de la Biblia‒ particularmente con Borges.

Un power point sobre la Sinodalidad.

En el siguiente enlace encontrarán el power point que comenté en el Día del Catequista celebrado en la Casa de la Catequesis el día 22 de agosto. Es una versión algo mejorada del artículo que escribí en Eclesia en marzo pasado.
Francisco y la sinodalidad: un cambio histórico

viernes, 23 de agosto de 2019

Algo falla en el sistema político


Repasemos algunos casos: Menem llegó al gobierno prometiendo “salariazo y revolución productiva” y lo que produjo fue recesión y desocupación. De la Rúa llegó con un aura de honestidad y eficiencia y se fue sin terminar su mandato por el caso de las coimas en el Senado. Cristina prometió que su segundo mandato reforzaría las instituciones de la democracia y la república y fue un período mucho más centralizador y personalista que el anterior. Y Macri llega con el mensaje de pobreza cero y desarrollo y nos deja una economía parada, miles de empresas cerradas y dos dígitos de desocupación.
   Es decir, las promesas de campaña de los políticos son palabras que se las lleva el viento. Pero si vos o yo, que somos ciudadanos de a pie, alquilamos un localcito de 2 x 2 para poner un kiosko tenemos que firmar un montón de papeles en una inmobiliaria o en una escribanía, y ‒si no cumplimos con el pago del alquiler‒ no esperan a que “Dios y la patria nos demanden”: nos demanda el dueño y de algún modo se la cobran…
   Pero con los políticos firmamos cheques en blanco y ‒como vemos‒ muchas veces hacen lo contrario de lo que prometieron y quedan impunes. ¿Es esto democracia, es decir, “gobierno del pueblo”?
   Como dato de cómo los jóvenes ven el asunto, un botón de muestra: cuando les mencioné a mis hijos mayores (uno ya está estudiando en la Universidad y otro está terminando el secundario) la frase “un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” pensaron que era una consigna comunista. Cuando les aclaré que esa frase de Abraham Lincoln está en la base de la democracia estadounidense y ha sido tan importante que desbordó los límites de su país y fue asumida ‒por ejemplo‒ en la actual constitución de Francia, quedaron asombrados: tan poco lo ven realizado en la vida de nuestra democracia…

Nota: la frase atribuida a Menem que aparece en la foto parece que no es real... pero está tan instalada que la propia Cristina Fernández siendo presidenta la citó como si fuera cierta... Para confirmarlo véase el siguiente link: Si Menem hubiera dicho...

“Sinodalidad” expresa y realiza la comunión en sus distintas formas (publicado en Eclesia en mayo 2019)


Continuamos comentando el documento de la Comisión Teológica Internacional (CTI) “La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia”, aprobado por Francisco y que expresa la orientación teológica y pastoral que él quiere dar a la Iglesia, en continuidad con el Vaticano II:
    “Este es el umbral de novedad que el Papa Francisco invita a atravesar. En la línea trazada por el Vaticano II y recorrida por sus predecesores, él señala que la sinodalidad expresa la figura de Iglesia que brota del Evangelio de Jesús y que hoy está llamada a encarnarse en la historia, en creativa fidelidad a la Tradición” (n° 9a).
   Y “los frutos de la renovación propiciados por el Vaticano II en la promoción de la comunión eclesial, de la colegialidad episcopal… para llevar a cabo una pertinente figura sinodal de Iglesia… requiere principios teológicos claros y orientaciones pastorales incisivas” (n° 8).
   En este sentido y “en conformidad con la enseñanza de la Lumen gentium, el Papa Francisco destaca en particular que la sinodalidad «nos ofrece el marco interpretativo más adecuado para comprender el mismo ministerio jerárquico»” y que “todos los miembros de la Iglesia son sujetos activos de la evangelización. Se sigue de esto que la puesta en acción de una Iglesia sinodal es el presupuesto indispensable para un nuevo impulso misionero que involucre a todo el Pueblo de Dios” (n° 9b).
  Finalmente se indica que la figura sinodal de la Iglesia que nos abre a una comprensión y una “promoción de la comunión eclesial, de la colegialidad episcopal” (n° 8) también “está en el corazón del compromiso ecuménico de los cristianos… porque ofrece –correctamente entendida– una