sábado, 21 de enero de 2023

"El Espíritu Santo" en la Carta a los Hebreos

    En “la Carta a los Hebreos” se menciona 7 veces al Espíritu Santo. Las citas son las siguientes. Anotarlas es el principio para encarar un estudio de la pneumatología de este escrito.

Heb_2:4 testificando también Dios con signos y prodigios, con toda suerte de milagros y dones del Espíritu Santo repartidos según su voluntad.

Heb_3:7s  Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis vuestros corazones…

Heb_6:4ss Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, saborearon las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro, y a pesar de todo cayeron…

Heb_9:8 De esa manera daba a entender el Espíritu Santo que aún no estaba abierto el camino del santuario mientras subsistiera la primera Tienda.

Heb_9:14 ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto al Dios vivo!

Heb_10:15s También el Espíritu Santo nos lo atestigua. Porque, después de haber dicho: Esta es la alianza que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones,y en su mente las grabaré…

Heb_10:29 ¿Cuánto más severo castigo pensáis que merecerá el que pisotee al Hijo de Dios, y profane la sangre de la alianza que le santificó, y ultraje al Espíritu de la gracia?

 

lunes, 16 de enero de 2023

“El Hijo” en la Carta a los Hebreos

 


  La “Carta a los Hebreos” tiene una cristología muy rica que, usualmente, es explorada en su vertiente sacerdotal.

   No obstante, hay tres frases en el texto mismo, que muestra la superioridad de la categoría “Hijo” de modo muy contundente. Una de las frases es la que abre la Carta misma:

    “Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo…”(Hb 1,1s).[1]

   La segunda frase es la que corona la reflexión sobre Jesús como Sumo Sacerdote eterno según el rito de Melquisedec (que ocupa desde 6,20 a 7,28). En este último versículo se dice:

   “La Ley, en efecto, establece como sumos sacerdotes a hombres débiles; en cambio, la palabra del juramento –que es posterior a la Ley– establece a un Hijo que llegó a ser perfecto para siempre.”

   Si agregamos una frase que indica la superioridad de Jesús respecto de Moisés –que es el mediador de la Ley‒ completamos una trilogía muy consistente:

   “Moisés fue fiel en toda su casa, en calidad de servidor, para dar testimonio de lo que debía anunciarse, mientras que Cristo fue fiel en calidad de Hijo, al frente de su propia casa. Y esa casa somos nosotros...” (Hb 3.5s).

   Con lo cual, podemos decir que la cristología que propone a Jesús como “el Hijo” es la que recalca su superioridad sobre la Ley, los profetas y los sacerdotes.




[1] Como sabemos, todo lo que sigue en el capítulo 1 destaca la superioridad del Hijo, específicamente, respecto de los ángeles, recalcando su condición divina. Particularmente, Ricardo Ferrara, siguiendo a Albert Vanhoye, indica que Hb 1,1-4 establece una cumbre que sintetiza “todas las perspectivas, tanto la cristología ascendente como la descendente, tanto la teología de la sabiduría como la de la palabra” colocando en el centro de un delicado quiasmo “la eterna procesión” del Hijo “y su relación con Dios”: Ferrara, Misterio de Dios, Salamanca, 2005; 368s.

 

lunes, 2 de enero de 2023

Dios no grita

 Hoy es común que la gente se grite. Si ves un programa que analiza los partidos de fútbol, verás que los distintos panelistas pueden llegar a gritarse. En programas que hablan del mundo de la farándula puede pasar  lo mismo. Los políticos se gritan en sus campañas y debates, y la gente se grita en la calle… fijémonos, si no, en el tránsito urbano. Somos una sociedad con demasiados gritos.

   Pero Dios no grita. Dios habla suavemente. Esa es una de las razones por la que no lo escuchamos. Y, Él –cuya voz podría hacer temblar el universo‒ insiste  en no gritar: quiere educarnos en el respeto mutuo y en el trato amable. Si no bajamos el tono de voz, Él no lo sube y nos condenamos a no escucharlo.

   También de Jesús se dice lo mismo en el Evangelio: “He aquí mi Servidor, a quien elegí, mi Amado, en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará el juicio a las naciones. No disputará ni gritará…” (Mateo 12,18s).

   Y el Espíritu Santo habla suavemente en nuestro corazón, invitando y no atropellándonos. Si no hacemos silencio, tampoco lo escucharemos: lo ignoraremos o lo rechazaremos, como algunos lo hicieron con Jesús, cuando estuvo entre nosotros.

   A pesar de que nos creemos la cumbre de la civilización, en realidad, apenas somos la cumbre del desarrollo técnico. No somos civilizados: somos bastante salvajes (miren, si no, las noticias policiales). Y gritar es una de las expresiones de nuestra barbarie.

    Dios, nuestro Padre, nos quiere educar en el buen trato mutuo: el amor, el respeto, la solidaridad, la compasión. Y hablarnos con suavidad es parte de su pedagogía.

domingo, 1 de enero de 2023

El Pastor: un video que muestra la Navidad desde otro punto de vista

    El video "El Pastor" es un precedente de la serie "The Chosen". Muestra el Nacimiento de Jesús desde el punto de vista de un humilde pastor... Dura unos 20 minutos. Y se puede poner el audio en español, con el primer ícono de abajo a la derecha de la pantalla inicial.

Lo encontrás haciendo clik en el siguiente enlace

VIDEO "EL PASTOR"