sábado, 21 de abril de 2018

Distintos modos de unidad

   Hay diversos modos en que varios elementos pueden formar algún tipo de unidad. Obviamente la lista no pretende ser exhaustiva y si alguien tiene alguna idea más, por favor, coméntela.

1.  Yuxtaposición: los elementos están simplemente uno junto al otro sin formar una verdadera unidad, salvo por razones bastante exteriores. Por ejemplo, los libros que están en el mismo estante de una biblioteca.

2. Fusión: los elementos desaparecen para dar lugar a una nueva realidad única y homogénea. Por ejemplo: si fundimos cobre y estaño y los mezclamos obtenemos bronce, que no es ni cobre ni estaño.

3. Organismo: elementos diversos (que no podrían subsistir aislados) forman una profunda unidad orgánica, en que cada uno sirve a los otros y es servido por los otros. Por ejemplo, el cuerpo humano.

4 Comunión: los elementos diversos permanecen en una unidad que se retroalimenta con las mismas diferencias. Cabe preguntarse si realmente es algo distinto del organismo o sólo se trata del concepto que corresponde a la imagen que es el organismo.

    
Aplicaciones a lo religioso y a lo social

   Respecto de la unión entre las personas humanas, la Biblia parece inclinarse por el esquema orgánico y/o comunional: esto sucede desde Gn 2 en que se dice que el hombre y la mujer al unirse forman “una sola carne”, es decir, una unidad vital (frase que Jesús confirma en Mt 19); hasta la designación de la comunidad cristiana como “cuerpo de Cristo” que hace Pablo, indicando que los distintos miembros se sirven mutuamente y se potencian con su diferencia.

   Respecto de la diferencia posible entre organismo y comunión, quizás la única que diferencia que exista sea en el campo propiamente trinitario, pues cada Persona Divina es la divinidad (y por tanto, cada una es perfecta en sí misma y no “necesitada” de las otras) y, paradojalmente, son completamente relacionales (no puede haber un Padre sin un Hijo; ni un Hijo sin un Padre, y etc).  Esto deja una perspectiva interesante: en nosotros “ser-con-los-otros” también es a causa de nuestra precariedad y necesidad; en Dios, “ser-con-los-otros” no está motivado en una necesidad, con lo cual aparece como un aspecto de lo que significa ser persona en plenitud (a diferencia del individualismo, que propondría la máxima independencia como ideal).

   En cuanto a la fusión, si bien es un concepto que a veces aparece en el lenguaje de los místicos, en realidad es metafórico: si el místico puede seguir hablando en primera persona es que no se fundió realmente con la divinidad. Si esto sucediera la persona humana sería absorbida por la divinidad desapareciendo su identidad propia.
   Una versión de esto es el panteísmo que se puede encontrar, por ejemplo, en religiones o filosofías de Extremo Oriente. Y en el panteísmo –en realidad‒ existe sólo una “masa” o energía divina única (y, en generalmente impersonal) y los seres particulares ‒desde el árbol hasta el hombre, desde la piedra hasta el pájaro‒ no son seres reales, sino “ilusión”… apenas una forma que (por breve tiempo) adquiere esa masa divina universal. Y estas formas luego desaparecen al refundirse en esa única masa divina. Algo así como sucede en esas animaciones que se hacen con plastilina, donde un hombre se puede transformar en un charquito de agua, y el charco en pájaro y luego salir volando… y siempre, en realidad, es la misma y única plastilina…