domingo, 22 de enero de 2017

Brexit y Trump: del riesgo de uniformidad (en la globalización) al riesgo de la división (nacionalismos/proteccionismos): una lectura teológica de los recientes cambios en el mundo



   Una de las dos claves teológicas que uso para exponer la Palabra de Dios es la categoría “comunión”. Y la comunión es unidad en la diversidad. Esto implica un delicado equilibrio entre la uniformidad –que anula la riqueza de la diversidad‒ y la división, que resiente los vínculos de unidad.
   El modelo supremo de esta comunión es la misma Trinidad divina, en la que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Tres Personas realmente distintas entre sí (e incluso podría decirse: infinitamente distintas), que son al mismo tiempo una Comunión consustancial… tan profunda que los Tres son una sola Divinidad.
   Este modelo supremo, la misma Trinidad lo ha inscripto en toda su creación: el ser humano, la familia, la sociedad, la Iglesia, el “Cielo”… son todas realidades signadas por la comunión: unidad en la diversidad.
   Mirando desde estas perspectivas, vemos que en los últimos meses hubo un giro en los dinamismos de relaciones internacionales: de un proceso que ha sido llamado “globalización” y que –teniendo muchos aspectos positivos incluye el riesgo de la uniformidad‒ se está pasando al riesgo de la división: la salida del Reino Unido de la Unión Europea (“Brexit”) y la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos muestran el mismo rasgo: los líderes del mundo anglosajón se cierran sobre sí mismos, separándose del resto de la comunidad internacional.
   En general, este tipo de “cierre sobre sí mismo” es efecto o causa de un ambiente “exterior” negativo, en el presente o en el futuro. En estos casos particulares ‒y dado que no hay un empeoramiento significativo de las condiciones “exteriores” en el presente‒ indicaría que los analistas (si será efecto) o los dirigentes (si será causa) del mundo anglosajón prevén un futuro más negativo que el presente.
   Las próximas décadas serán definitorias del futuro de la humanidad en lo que concierne al llamado “cambio climático”, que puede traer consecuencias catastróficas si no hacemos algo, y rápido.[1] Más allá de esto, el incremento de posiciones beligerantes puede ser el inicio de la máxima crisis que generamos los seres humanos: la guerra.[2]
   Es una pena que en un mundo donde hay riqueza suficiente para que todos vivamos de una manera más que satisfactoria, seamos la única especie que insista en amenazarse a sí misma y al mundo entero con el peligro de extinciones masivas.
   Y, más allá de los aspectos materiales del asunto, están las causas espirituales: que la comunidad humana no termine de aprender que su mejor opción –y quizás su única opción‒ es la comunión.


[1] El último Pulitzer ha sido para el trabajo de la periodista del New Yorker, Elizabeth Kolbert, titulado La sexta extinción.
[2] Véase el libro de la periodista canadiense Naomi Klein: La doctrina del shock, que termina describiendo aspectos de la política exterior de Bush que podrían reeditarse con Trump.

1 comentario:

  1. Estimado Jorge, creo que en el fenómeno Trump y su triunfo no es un tema menor la "batalla cultural" un tema que entre nosotros no se menciona para nada y que llevó a mucha gente a votarlo. Te adjunto este link para un artículo que me resultó muy interesante y creíble. Viví unos años en el EEUU "profundo" y la gente era como la describe este hombre. http://www.navarraconfidencial.com/2016/11/11/entrevista-de-nc-a-roniel-aledo-militar-de-eeuu-y-ex-analista-de-la-cia/ Creo que,aunque sin grandes luces, el entrevistado pone sobre el tapete este tema que nuestros medios soslayan sin duda porque copian a los medios culturalmente enfrentados a Trump.

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