sábado, 6 de enero de 2024

Los regalos de los Magos a Jesús

   Los Padres de la Iglesia han atribuido a los regalos de los Magos a Jesús un simbolismo: oro, la realeza; incienso, la divinidad; y mirra, la Pasión.

   Pero esta última atribución ‒sostenida a partir de un cierto amargor de la mirra‒ no parece tan consistente a la luz de los textos bíblicos. Si buscamos cuándo aparece la mirra en el Antiguo Testamento podemos sorprendernos pues aparece una vez mencionada en varios libros (Ex, Est, Sal, Pro, Si),[1] pero hay un libro (breve) en el que aparece ocho veces: el Cantar de los Cantares. [2]

   Con lo cual, a la luz del Antiguo Testamento, habría que relacionar la mirra con el amor y las bodas.

   En los restantes textos del Antiguo Testamento, la mirra aparece ‒igual que en el Cantar‒ como un perfume exquisito y de gran precio. Y en la mayoría de ellos (Est, Sal y Pro) vinculado también con el encuentro amoroso. [3] En síntesis: de las 13 veces que aparece la mirra en el Antiguo Testamento, 11 veces está vinculada al amor, particularmente en el bellísimo poema nupcial del Cantar. [4]

   A la luz de estos textos, quizás sería más justo significar los dones de los Magos como: oro, la realeza; incienso, la divinidad; y mirra, el amor de Cristo Esposo y las nupcias escatológicas anunciadas por los profetas, profecías que el propio Jesús se aplica a sí mismo.[5]



[1] Ex 30,23; Est 2,12; Sal 45,8; Pro 7,17; Si 24,15 (Si = Sirácida, también conocido como Eclesiástico).

[2] Así según la traducción de la Biblia de Jerusalén, 3ra edición (1998) (= BJ3). En la Reina-Valera-Gómez (2000) (= RVG) aparece también dos veces en Génesis (37,25 y 43,11), pero allí BJ3 traduce “ládano”. El hebreo dice "mor" en los textos mencionados en la nota 1, pero en los dos textos de Génesis mencionados aquí dice "lot". Con lo cual la traducción de BJ3 parece la correcta.

[3] Aunque en el último caso, Pro 7,17 es un encuentro amoroso inmoral.

[4] El texto de Éxodo 30,23 es diferente y agrega un elemento también interesante: la mirra aparece como el como ingrediente principal para preparar el “óleo de la unción”: el ungüento más sagrado que hay en el Templo y que se usaba para consagrar al nuevo rey de Israel; quien así se convertía en el ungido o mesías. El texto del Eclesiástico 24,15 menciona a la mirra ‒entre otros perfumes‒ para alabar metafóricamente las características de la Sabiduría divina. Es parte del “Elogio de la Sabiduría” que subyace al “Himno al Lógos” de Jn 1. Dado que Eclo está escrito en griego, vemos que Jn 1,14 no sólo alude, sino que usa el mismo verbo “acampar (en griego: skenóo)“ que Eclo 24,9. Por su parte, los textos de Génesis que tiene la RVG están en la misma línea de presentar la mirra como un perfume exquisito y precioso.

[5] Mc 2,19, con paralelo en Mt 9,15 y Lc 5,35: texto, entonces, de “triple tradición” que según el “criterio de atestación múltiple” nos permite remontar la frase a la predicación pre-pascual de Jesús. Esto es especialmente importante pues los textos proféticos anunciaban a Dios como el Esposo de su Pueblo, nunca al Mesías: esto es una originalidad de Jesús.

 

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