domingo, 4 de septiembre de 2022

Un breve análisis de un verbo intenso

 

   «Si alguno viene junto a mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío…” (Lc 14,26).

   A veces se minimiza la energía que el texto de Lc 14,26 pone con el verbo “odiar” (en griego: miséo) diciendo varias cosas, en general, pertinentes. 

   Pero creo que esos comentarios no reducen la energía expresiva del texto, sobre todo teniendo en cuenta que Lucas utiliza verbos más “suaves” en otros lugares del mismo evangelio, como “despreciar / desdeñar” (antéjomai: Lc 16,13) o “menospreciar” (exouthenéo: Lc 18,9; 23,11).

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