viernes, 29 de septiembre de 2017

El equilibrio cristiano

   A lo largo de su historia, el cristianismo se ha visto tentado por diversas parcializaciones. En un extremo, un espiritualismo que desprecia los elementos encarnados de la fe cristiana. En el otro, posturas que acentúan excesivamente lo material en detrimento de lo espiritual (por ejemplo: imponiendo un verticalismo en detrimento de la comunión, y/o un juridiscismo en detrimento del clima teologal y fraternal).
   Pero ambos elementos están unidos y equilibrados en el cristianismo, como pasa en el misterio del propio Hijo encarnado:


Jesús
Iglesia
Revelación
Sacramentos
Espiritual
Verdadero Dios
Comunión teologal
Palabra de Dios
Gracia invisible

y
e
expresada en
comunicada por
Material
Verdadero hombre
Institución visible
lenguas humanas
elementos visibles

   Por eso, dice el Concilio Vaticano II:

   “Es característico de la Iglesia ser, a la vez, humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina; y todo esto de modo que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos” (SC 2).

   Y, como somos Pueblo Peregrino, lo definitivo es la Casa del Padre. Por eso, el Catecismo de la Iglesia Católica completa esto diciendo:

   “En la Iglesia esta comunión de los hombres con Dios por "la caridad que no pasará jamás"(1 Co 13, 8) es la finalidad que ordena todo lo que en ella es medio sacramental ligado a este mundo que pasa (Cf. LG 48). "Su estructura está totalmente ordenada a la santidad de los miembros de Cristo. Y la santidad se aprecia en función del “gran Misterio” en el que la Esposa responde con el don del amor al don del Esposo" (MD 27). María nos precede a todos en la santidad que es el Misterio de la Iglesia como la "Esposa sin tacha ni arruga" (Ef 5, 27). Por eso la dimensión mariana de la Iglesia precede a su dimensión petrina" (Ibíd.)” (CCE 773).

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