viernes, 16 de febrero de 2024

Jesús, el Esposo…

   El texto evangélico que la liturgia católica propone para la celebración eucarística de hoy es sumamente interesante. Cuando los discípulos de Juan Bautista le preguntan a Jesús por qué sus discípulos no ayunan, Jesús responde: “¿Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán” (Mt 9,15).

   El texto es de triple tradición, es decir, aparece en Mateo, Marcos y Lucas (Mc 2,19; Lc 5,34).[1] Pero, además, la idea de Cristo Esposo aparece en los textos paulinos  (2Co 11,2; Ef 5,22-33) y joánicos (Jn 3,29; Ap 19,7). Con esto se cumple el “criterio de atestación múltiple” que sostiene que un contenido que goza de  testimonio coincidente en distintas fuentes que no están vinculadas entre sí, procede del propio Jesús.

   Pero algo más: los textos del Antiguo Testamento no hablan nunca del Mesías como esposo del Pueblo de Dios: el esposo del Pueblo de Dios es el propio Dios (Os 2,2-20; Is 62,5). Esto es una originalidad de Jesús. Y con esto aparece el “criterio de desemejanza” que pone de relieve que se puede considerar auténtico un dato evangélico, cuando no pueda deducirse de la concepción del judaísmo, ni de la Iglesia primitiva: es decir, si no procede de los judíos (que estaban antes) ni de los primeros cristianos (que vienen después), entonces procede de Jesús. Por ej: “Abbá”, o la Eucaristía.[2]



[1] La consistencia del texto es sólida: hay al menos dos palabras qué sólo aparecen en estos tres textos sinópticos sobre Jesús Esposo: “los invitados a la boda” (en el texto griego hay un semitismo: “los hijos de la boda”, semitismo que también aboga por la antigüedad del texto: en esa expresión aparece la palabra ninfón, que sólo aparece en estos tres lugares, en toda la Biblia griega ABP). Y el fuerte verbo “arrebatado (apaíro)”que en el Nuevo Testamento sólo aparece en estos tres textos sinópticos.

[2] Sobre los “criterios de autenticidad histórica” que se usan en la investigación sobre “el Jesús histórico”: Cf. Salvador Pié-Ninot, La Teología Fundamental, Salamanca, 2001; pp. 352-357; John P. Meier, Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico, Tomo I, Estella (Navarra), 1998; pp. 183-199.

 

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