domingo, 25 de septiembre de 2016

Meditaciones sobre la Trinidad



Cuando los cristianos nos hacemos la “señal de la Cruz” decimos: “En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”. Y, de este modo, expresamos simultáneamente los dos grandes misterios de la fe cristiana: con las palabras que decimos proclamamos el Misterio de la Santísima Trinidad, y con el gesto que hacemos expresamos el Misterio Pascual del Hijo, muerto y resucitado.

Dicho de otro modo: los dos misterios que identifican al cristianismo son el misterio de Cristo y el misterio de la Trinidad. La conjunción de ambos misterios configura el cristocentrismo trinitario, que son el sello propio de la fe y de la vida cristianas. Y podemos unirlos diciendo que “Cristo es el centro y la Trinidad es la cumbre, siendo Cristo “Uno de la Trinidad”.
   En este libro tratamos de profundizar en el misterio de la Trinidad divina, en cuatro momentos:
   1. Consideramos la Revelación de la Trinidad, realizada en la historia y consignada en la Sagrada Escritura.
   2. Proponemos vivir un  “estilo de vida trinitario” basado en el amor, el diálogo y la comunión.
   3. Exponemos sintéticamente el misterio de la Trinidad, siguiendo las huellas de la reflexión cristiana.
   4. Consideramos las repercusiones sociales que tiene el 


misterio de la Trinidad.

    Por otra parte, quisimos encarar la exposición del misterio de la Trinidad en clave de “Meditaciones”. La razón de esto es que la meditación, por un lado, nos da más amplia libertad para expresar el misterio infinito de Dios; y, por otro lado, nos permite utilizar un vocabulario accesible al mayor número de personas.
            No obstante, siempre intento mantener tanto la solidez doctrinal, cuanto el impacto vital. Y esto también tiene un fundamento trinitario, pues Dios se nos ha revelado como Vida, Luz y Amor, inseparablemente unidos.

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